El país, la iglesia y la familia pueden ser como un reino que se destruye desde su propio interior.
El cristianismo nace dentro de un contexto diverso, tanto religiosa como culturalmente. Jesús acusado por los suyos de ser agente del mal, nos invita a la reflexión sobre la unidad. Cuando criticamos el mundo en discordia, nos toca mirar primero al interior de nuestros círculos más íntimos, la familia.
Un país dividido en bandos enemigos, no puede mantenerse; y una familia dividida, no puede mantenerse. Así también, si Satanás se divide y se levanta contra sí mismo, no podrá mantenerse; habrá llegado su fin. »Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y robarle sus cosas, si no lo ata primero; solamente así podrá robárselas. Marcos 3:24-27
Jesús nos aterriza en nuestro vecindario. Los reinos del mundo no pueden subsistir donde hay luchas internas, pero en realidad todo empieza en la casa. Desde el hogar se tiende el fundamento para una sociedad que camine hacia el bien común. Bien común que se fundamenta en el respeto al otro y la otra, en la capacidad de escucharnos y hasta de disentir en amor, como virtudes esenciales del reino de Dios.
Muchos pensamos que no tenemos la capacidad, ni medios, ni influencias necesarias para aportar a la construcción de la paz en el mundo. Las guerras y los conflictos internacionales los vemos como asuntos tan distantes y ajenos que los dejamos para el escatón de los tiempos. Dios resolverá en su venida.
Sin embargo Jesús nos insta como familia pequeña a apaciguar primero las luchas internas para poder tener un efecto en la gran familia humana. El niño y la niña que se educa en una familia donde el conflicto se afrontar de manera constructiva y se respeta al individuo, será agente multiplicador de esos valores dondequiera que vaya. Como cristianos demos testimonio de unidad en la diversidad para emular el Espíritu de Jesús en todas nuestras acciones.
Preguntas para cultivar la palabra:
¿Qué puedes hacer para fomentar la unidad en tu familia y tu trabajo?
¿Qué puedes hacer para fomentar la unidad entre los creyentes?
¿Cómo puedes dar testimonio del Espíritu de Cristo en tus relaciones humanas cuando estás en desacuerdo con los que te rodean?
Oremos: Señor, tú que nos has llamado como familia humana a compartir en una casa común, llénanos de tu amor para poder mirar al otro y la otra desde tu corazón y así responder con acciones que fomenten la unidad.
*Colaboración para Momento Sagrado, 24 de enero de 2022.
¡Gracias por su vista!