Revisitando la función los sacerdotes en la historia de la entrada del pueblo a Jericó en tiempos de Josué, salta a mi mente y a mi corazón el peso del Arca de la Alianza (el Tabernáculo) sobre sus hombros.
Todo el pueblo cruzó en seco el Jordán, mientras los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza del Señor permanecían en medio del Jordán, firmes/quietos y en terreno seco. Josué 3:17
Los sacerdotes fueron llamados a llevar el peso del proyecto de Dios sobre sus hombros para salvación del pueblo. Los sacerdotes, no solo escuchan la dirección de Dios para dirigir a su pueblo, sino que entran en aguas peligrosas, con cargas pesadas sobre sus hombros, para que el pueblo pueda pasar a salvo.
La idea no es que el pastor vaya siempre adelante. La idea es que el pastor o pastora abra camino para que el pueblo esté a salvo y llegue a un lugar seguro donde verán realizados los milagros de Dios para sus vidas.
Pero para eso los pastores y pastoras tienen que aprender a estar firmes y quietos con todo el peso sobre sus hombros, aunque el agua a los lados amenace, aunque el cuerpo duela y las brazos tiemblen, aunque el cansancio alimente los deseos de abortar el proyecto.
La fuerza para llevar en alto el proyecto de Dios se alimenta con la memoria de la alianza con Dios. Esa memoria del pacto es la que nos da la firmeza para permanecer inamovibles hasta que Dios nos diga cuándo movernos. Porque el objetivo no es nuestro bienestar, el objetivo es proteger el proyecto de Dios y acompañar a Su pueblo hacia la salvación.

¡Gracias por su vista!