Existen personas tan tímidas que ni siquiera se atreven a pedirle a Dios lo que necesitan; otras se sienten tan inadecuadas ante Dios que no saben cómo dirigirse a él. Incluso se acercan y nos dicen: “Pastora es que yo no se orar, es que Dios la oye más a usted que a mi”. Sin embargo Jesús nos abre la puerta a todos para ir directamente al Padre con confianza.
»Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
Mateo 7:7-8
PIDE
BUSCA
LLAMA
En la antiguedad los profetas y sacerdotes eran los intermediarios entre Dios y los seres humanos. A través de ellos se escuchaba la palabra de Dios y se llevaban a cabo las obras de penitencia y reconciliación. Nadie se podía acercar por sí mismo o por sí misma a la presencia de Dios. Incluso les atemorizaba la idea de ver a Dios porque creían que podían morir.
Sin embargo, Jesús hace a Dios cercano: pídele tú mismo, búscalo tú misma, llámalo tú mismo.
Hoy podemos tener la confianza de que Dios da a quien pide, se deja encontrar por el que le busca y responde al que le llama.
La cercanía de Dios es la de un padre bueno. La distancia nuestra es la de un hijo o una hija rebelde que no sabe pedir porque muchas veces pide con egoísmo o desde nuestro limitado entendimiento de lo que nos conviene.
Hoy es un buen día para acercarnos con confianza porque el quiere mostrarse a tu vida,
es un buen día para pedir creyendo que Dios nos dará conforme a lo que nos hará bien,
y es un buen día para llamarlo porque está presto a contestarte.
Abre todos tus sentido para que puedas verle acercarse, escucharle contestarte y recibir lo que tiene para ti como respuesta a tu petición.
¡Gracias por su vista!