Reflexión: Pastor Daniel Andrés Rivera
Quizás esta semana has trabajado, servido, ministrado y hecho favores. Quizás te has envuelto y sobre-envuelto en enfocarte solamente en las demás personas. No por ser pesimista ni asumir nada, pero quizás esas personas no te han dicho gracias, ni han valorado tu gestión y se han dedicado a criticar por qué haces las cosas.
Esto le pasó a una mujer, según Marcos 14:3 en adelante. Donde ella rompió un frasco de perfume y lo derramó ante Jesús para ungirle.
Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.
Marcos 14:3
Quienes le rodeaban, los discípulos, le cuestionaban y criticaban el porqué había hecho eso, pues si lo vendía sacaba más dinero. Y Jesús los detiene y les dice; “¿Por qué la molestan? Si buena obra ha hecho para conmigo.” (vv 6)
Aquí se demuestra que nuestro compromiso, labor y servicio no es para agradar a las demás personas sino para el Reino de Dios. No tenemos que esperar qué grandes cantidades de personas celebren y afirmen nuestra gestión, sino que debemos hacerlo para, por y en el nombre de Jesús.
Quizás el pensar en las demás personas nos ha retraído de utilizar nuestro perfume; que sabemos cuánto costó, cuánto trabajo dio conseguirlo y cuánto lo valoramos. Hoy Jesús te implica a ti y a mí, para hacer lo bueno para con el Reino de Jesús.
¡Es hora de servir por el Evangelio!
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