Me parece muy interesante, el pensar que en tantas instancias en nuestra vidas en las que estamos a puertas cerradas, encerrados en nosotros mismos por nuestros temores, preocupaciones, ansiedades o dificultades, y otras veces por sentirnos menospreciados, rechazadas, empujados a nuestros márgenes; de momento Jesús irrumpe. Irrumpe sin esperarlo, sin llamarlo. Irrumpe para traernos paz.
👆🏼 Escucha el mensaje presionando el botón de PLAY 👆🏼
Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.
Juan 20:26-28
Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Entonces Tomás respondió y le dijo: !!Señor mío, y Dios mío!
También es importante pensar que en muchas ocasiones estamos tan herméticos a su presencia, que ni siquiera nos podemos apercibir que el está para traernos paz.
Mi invitación en este día es a que te abras a la posibilidad de que Dios irrumpa, de que Dios llegue, se presente, y se posicione en el centro de tu vida y te traiga paz. Pero recibir esa paz está condicionado a nuestra propia voluntad de hacernos vulnerables y concientes de su presencia.
Me encanta pensar que Dios sea así de atrevido. Que a Dios no le importe que hayas cerrado las puertas y las ventanas, que hayas puesto los seguros por dentro y que no quieras que nadie te vea en tu dolor y frustración. Me encanta pensar que aun cuando hacemos esas cosas Dios como quiera irrumpe y es capaz de buscar la manera de traspasar paredes, de traspasar pestillos, seguros, puertas y ventanas para traernos paz. En tiempos tan convulsos como estos; tiempos de pandemia, de enfermedad, de incertidumbres económicas, de disturbios raciales, crisis económicas y crisis ecológica y de fe, puede ser muy reconfortante que Dios no escatima. Que incluso se convierte en un Dios hasta un poco irrespetuoso, porque mirando nuestra necesidad no le importa que estemos a puertas cerradas con miedo. El decide entrar y ofrecernos su paz.
Mi exhortación a ti hoy, es que más allá de todo lo que nos pueda atribular, apesadumbrar y dar miedo pensando en el futuro y en las incertidumbres del porvenir; este texto nos ayuda a darnos cuenta que podemos contar un Dios que que hace lo imposible por situarse en el medio, en el espacio donde todos y todas lo podamos ver y escuchar. Y desde ahí podamos recibir de el una afirmación de paz para nuestra vida a pesar de las situaciones adversas.
👆🏼 Escucha el mensaje completo presionando el enlace de YOUTUBE 👆🏼
SUSCRIBETE EN AUDIO PODCAST: en Rumbo con Ivelisse
Compártelo en tus redes sociales.