PALABRA DIARIA | QUIENES ESTAN ENFERMOS

Hace días les contaba que un joven en la iglesia me dijo: “Acho pastora, déjeme enfermo, que Jesús vino a estar con los enfermos, porque los sanos no lo necesitan.” Pero, ¿Quiénes son los enfermos y quiénes son los sanos? ¿Quiénes necesitan a Jesús y quienes no?

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Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.
Mateo 9:12-13

Tal vez el joven de mi iglesia tenia razón. Todavía recuerdo su cara. Parecía hasta gozoso cuando me decía que si estar enfermo era lo necesario para que Jesús se acercara, el estaba feliz. Hay gozo en saber que cuando más enfermo estoy, es cuando Dios más quiere acercarse a nosotros. Y entonces, me doy cuenta de la ironía del texto.

Los supuestamente sanos estaban ciegos a su propio pecado y a su propia condición, así que también estaban enfermos. Pero los llamados enfermos, son movidos por un corazón sufrido y arrepentido. Enfermos y sufridos por los golpes y las injusticias de la vida, pero arrepentidos de todo lo que los pueda alejar de Dios. Todos estamos enfermos y todos tenemos quien nos sane. ¡Que gran noticia!

Jesús nos demuestra que ha venido por todos, hasta los que se creen a sí mismo sanos, porque su orgullo los hace enfermos. Así que Jesús no está haciendo excepción, ni preferencia alguna, porque no hay nadie sano. Nosotros somos los que hacemos distinciones de quienes son los hijos favoritos de Dios o no. En Dios no hay distinción, tanto necesitas tu de Dios como yo de Dios.

Y la mejor noticia es, que Jesús ha venido, especialmente a sanarte a tí. ¡Alégrate! hoy tu enfermedad o tu pecado, hacen que Dios se acerque a ti.