La violencia que vivimos es característica del antagonismo entre los valores del Reino de Dios y los valores del mundo.
Cuando sufrimos los embates de la injusticia, el discrimen y maltrato, tanto en las esferas institucionales, políticas, gubernamentales, laborales, religiosas, como en el corazón de nuestras propias familias, no solo se nos ataca en nuestro carácter personal, sino que se ataca el proyecto de salvación y bienestar de Dios para nosotros.
Jesús dijo a la multitud: Les aseguro que, entre todos los hombres, ninguno ha sido más grande que Juan el Bautista; y, sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. »Desde que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los que usan la fuerza pretenden acabar con él. Todos los profetas y la ley fueron sólo un anuncio del reino, hasta que vino Juan; y, si ustedes quieren aceptar esto, Juan es el profeta Elías que había de venir. Los que tienen oídos, oigan. (Mateo 11:11-15)
La muerte de Juan fue un intento violento de acallar la voz que anunciaba la llegada de la esperanza, la justicia y la paz; aquel que traía sanidad al enfermo y dignidad para los pobres y marginados.
Jesús y Juan son dos ejemplos de personas que combatieron la violencia contra el Reino de Dios con la entrega voluntaria de sus propias vidas. Sin embargo, para Jesús la grandeza de la vida de Juan no se compara con la tuya y la mía: “el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él.”
Aun la crudeza del texto al hablar de violencia se puede leer desde el lente de la esperanza. El valor de tu vida para Dios es mayor que el de cualquier hombre o mujer en la historia bíblica. Por eso Dios moverá lo imposible para cambiar tu condición de vida y asegurarnos que brillará para nosotros un sol de justicia. “Para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos salud.” (Mal 4:2a NVI)
¿Cómo puedo hacer un frente pacífico pero solidario y comprometido ante las diferentes manifestaciones de violencia en nuestra sociedad?
¿Cómo puedo contribuir a visibilizar la violencia de género y la violencia intrafamiliar que vive nuestro país?
¿Cómo puedo ayudar a crear conciencia de que la validación o el encubrimiento de cualquier tipo de violencia atenta contra el Reino de Dios?
Oremos: Señor, te doy gracias por tu Palabra. A través de ella he podido conocer el valor que tiene para ti mi vida y mis circunstancias. Te pido que nos des valentía para proclamar tu reino de paz y justicia y para ser solidarios con los que sufren violencia. Danos el valor para resistir y la integridad de Juan el Bautista para luchar por el establecimiento de tu Reino.
¡Que así nos ayude Dios!

¡Gracias por su vista!