La justicia de Dios no siempre es comprendida y bien vista por la sociedad; a veces ni por los religiosos.
La justicia de Dios no se ejecuta en virtud de tu pasado sino de tu futuro y lo que Dios puede ver en tu corazón.
Por eso cuando Jesús sanó una mujer encorvada por el peso de la vida, la enfermedad, la opresión y la tradición, también tuvo que defenderla de las miradas, gestos, palabras y críticas injustas de los demás.
Pero el jefe de la sinagoga se enojó, porque Jesús la había sanado en sábado, y dijo a la gente:
Lucas 13:14-17
—Hay seis días para trabajar; vengan en esos días a ser sanados, y no en sábado.
El Señor le contestó:
—Hipócritas, ¿no desata cualquiera de ustedes su buey o su burro en sábado, para llevarlo a tomar agua? Pues a esta mujer, que es descendiente de Abraham y que Satanás tenía atada con esta enfermedad desde hace dieciocho años, ¿acaso no se la debía desatar aunque fuera sábado?
Cuando Jesús dijo esto, sus enemigos quedaron avergonzados; pero toda la gente se alegraba al ver las grandes cosas que él hacía.
Lo que pasa entre Jesús y los líderes religiosos es un ejemplo de lo que todavía sucede.
Tal vez tu que me lees en alguna ocasión has sido víctima de la crítica de tu pasado aun sabiendo que Dios ya ha cambiado tu vida. Otros, en muchas ocasiones hemos cuestionado la naturaleza de la sanidad, perdón y salvación de Dios. ¿Cómo es posible que Dios bendiga esa persona y a mí que llevo tanto tiempo en la iglesia no me pasa nada bueno?
La respuesta de Jesús es muy fuerte, hasta el punto de llamarle hipócritas a los religiosos. Hace esta comparación: a veces somos capaces de tratar mejor a un animal que a un ser humano, y todo a nombre de la religión.
Dos cosas son importantes en este relato:
- tu bienestar es lo más importante para Dios aunque no lo sea para algunos religiosos
- nuestra santidad no depende de lo que hacemos para cumplir la ley, sino del amor con que actuamos en favor de los demás
¡Hipócritas! Así nos llamará el Señor si no ponemos el bienestar de nuestros hermanas y hermanas por encima de la religión.
¡Hipócritas! Así llamara el Señor a los que pasan de largo ante tu necesidad justificando sus acciones en nombre de Dios.
Este es un buen momento para agradecer a Dios y alegrarte por lo ha hecho por tí y cómo te hace justicia frente a los hipócritas.
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