PALABRA DIARIA | LO NECESARIO PARA CADA DIA

Reflexión: Rvdo. Gerson Serrano

En el libro de Éxodo encontramos la historia del pueblo de Israel siendo liberado de Egipto y guiado por el desierto. Pero la alegría y regocijo de la libertad poco a poco fue menguando por la dureza de la travesía. Hubo momentos de dificultades, necesidades básicas que apremiaban y exigían resistencia. Pronto la queja, las murmuraciones comenzaron a reclamar “¿Para qué hemos salido de Egipto? ¿para morir de hambre en el desierto?”

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Dijo también Moisés: Jehová os dará en la tarde carne para comer, y en la mañana pan hasta saciaros; porque Jehová ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él; porque nosotros, ¿qué somos? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.“
Éxodo 16:8

La respuesta de Dios ante tanta queja fue simple. El Dios que les liberó también conocía las dificultades y necesidades. Les dio su protección con una columna de nubes y otra de fuego. También abrió paso por las aguas para que cruzaran en seco. En Éxodo 16 dice que Dios hizo caer Maná del cielo, hasta codornices para que comieran. En otros eventos convirtió agua amarga en agua dulce y refrescante. De esa manera Dios se manifestó abriendo los cielos y supliendo para la necesidad, les dio el pan del cielo, el pan suficiente para cada día.

Durante esta semana hemos estado recordando los eventos que nos ha tocado vivir, y que representa un gran periodo de dificultades para nuestro pueblo. Desde septiembre de 2017 y el Huracán María, los terremotos a principio de este año, y ahora la pandemia, que parece mantenernos en suspenso a largo plazo. Es una larga travesía por un desierto. Si en medio de los tiempos difíciles nos sentamos a quejarnos y ver el lado negativo de las cosas, nos quedaremos ahí en el dolor y la soledad. Pero, qué tal si nos enfocamos en que en medio de todas estas circunstancias no nos ha faltado la presencia de Dios; su protección, su provisión y sustento para cada día. Podemos caminar juntos y juntas, compartiendo los recursos, animándonos unos a otras y confiando en la presencia restauradora de Dios en medio nuestro. Miremos si podemos agradecer por la porción de sustento y alimento que cada día llega a nuestra mesa, por el agua refrescante que disfrutamos, por la vida. Dios continuará dándonos lo necesario para cada día.

Pueblo, Dios camina junto a nosotros, nos cubre y protege, nos sustenta y alimenta física y espiritualmente para que recobremos las fuerzas y sigamos adelante. ¡Venceremos, estaremos bien!