Me gustaría empezar con una pregunta difícil: ¿quién creen que soy? Fíjense que la pregunta no es ¿quién soy? sino ¿quién creen que soy? La mayoría de ustedes no me conocen. Lo que puedan decir de mí está basado en lo que otros le cuentan de mí. Sin embargo, en ocasiones es muy desconcertante cuando conocemos a alguien y nos damos cuenta de que lo que la gente decía de la persona no guarda relación con la experiencia que tenemos con el o con ella. En otras ocasiones la experiencia supera las expectativas.
Un día Jesús estaba con sus discípulos y les pregunta: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? ” Refiriéndose a sí mismo.
“Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: —¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? 14 Ellos contestaron: —Algunos dicen que Juan el Bautista; otros dicen que Elías, y otros dicen que Jeremías o algún otro profeta. 15 —Y ustedes, ¿quién dicen que soy? —les preguntó. 16 Simón Pedro le respondió: —Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente. 17 Entonces Jesús le dijo: —Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque esto no lo conociste por medios humanos, sino porque te lo reveló mi Padre que está en el cielo.” Mateo 16: 13-17
La gente contestó desde lo que habían oido: “unos dicen que el Bautista, otros que Elias, otros que Jeremías.” ¿Saben algo? Todos estaban equivocados.
Antes de descartar una relación, una persona, tenemos que darle la oportunidad a la experiencia. Ustedes me conocen por lo que otras personas le han hablado de mi. De mi en particular, dicen por ahí que tengo una personalidad polarizante, o me aman o nada que ver. No se si es cierto pero estoy a punto de creerlo. Lo único que yo le pido a la gente es la oportunidad de conocernos personalmente. Porque la experiencia de otros trae al juego sus expectativas, sus demandas, sus impresiones, y sus prejuicios; y sobre todo trae sus experiencias pasadas y los lentes con los que las personas ven la vida. Y esos lentes con únicos, son custom. Si tu te pones los lentes de otra persona no vas a ver bien.
Eso mismo pasa con Jesús. Por eso Jesús les cambia la pregunta rápido y les dice: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy?”
El cristianismo no es una religión, es una relación. Por eso Jesús pregunta. Porque hay dos maneras de ver a Jesús. Desde lo que dice la gente, la iglesia, la tradición, los que no lo ven como hijo de Dios o no le atribuyen divinidad, sino más bien lo ven como un buen tipo, como un influencer de su época; o los que lo describen desde su experiencia personal, no por lo que me dicen o leo de él, sino por la amistad que tenemos y el camino que recorremos juntos.
Estás leyendo o escuchando esto porque alguien te lo recomendó y pusiste tu confianza en esa persona. Ahora, me gustaría que des un giro de 180 grados. Dale una oportunidad a una experiencia con Jesús, encarnado en tus tatuajes, tus pantalones rotos, tu pelo largo si eres hombre, corto si eres mujer, tu sexualidad, tu visión política, tu carácter. Y desde ahí, comienza a contestar la pregunta ¿quién crees que es Jesús?
El contraste entre la respuesta de Pedro que conocía a Jesús y los que lo conocían por referencia, es impresionante. Pedro responde desde su experiencia; y porque Pedro se había dado la oportunidad de janguear con ese tipo, de participar de su manera rebelde de hacer las cosas, de cómo desafiaba las autoridades políticas, por esa disposición de Pedro, el Padre le revela quién es Jesús.
Eso lo que nos dice es, que conocer íntimamente a Jesús, tiene una dimensión que va más allá de nuestra humanidad. Conocer íntimamente a Jesús tiene la dimensión de la relación y de la revelación, y esa revelación se va develando en la medida que le demos la oportunidad a Dios.
Espero que algún día podamos janguear juntos fisicamente, pero compartir conmigo no te hace falta, visitarme en la iglesia, tampoco te hace falta*, lo que si te hace falta es decir: “caramba, yo no me puedo seguir dejando llevar por lo que me dice la gente, yo tengo que procurar mi propia experiencia con Jesús.” Ahora, amárrate el cinturón, porque en ese viaje te vas a encontrar con un rebelde, subversivo de las autoridades políticas, gubernamentales y religiosas. Te vas a encontrar con una persona que le da más importancia al interior y el corazón de la gente que a sus acciones. Te vas a encontrar con alguien que reta el concepto tradicional sobre dios.
Te invito a que te montes en el viaje, y después me llamas y me cuentas.
¡Dios te bendiga!
*Aunque me encantaría verte en mi iglesia
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