Que esta cuaresma sea una de aprender a estar despiertos ante la necesidad del otro y de ejercitar nuestra confianza en el Padre que es Abba porque es íntimo y cercano. En Sus manos podemos saltar confiados porque salva.
Dios te escucha y actúa
La fuerza del Espíritu de Dios es la mano que sostiene y que nos levanta aunque el agotamiento físico y emocional parezca rendirnos.
