AHORA AGUARDAMOS CON ESPERANZA LA HORA DE LA RESURRECCION.
Quién soy, cómo soy, cuanto valgo o si no valgo, mi ego, mi autoestima, mis preguntas, el porqué y para qué…
Allí en la cruz se quedaron clavadas nuestras preguntas y en el cuerpo sin vida de Jesús también se sepultaron nuestras esperanzas. Sin embargo, hoy esperamos pasivamente la resurrección porque en ella renacerá nuestra esperanza, preñada de nuevas respuestas.
Si El resucita, si El vive, en El yo viviré.
Si El resucita, con El yo resucitaré y con El yo seré una mujer nueva y un hombre nuevo.
Esperamos…
¡Gracias por su vista!