Dios está pendiente de los rechazados y menospreciados que tienen el corazón herido por el pecado y el desprecio. Por eso donde quiera que haya un publicano humilde siempre encontraremos a Jesús que se acerca a abrazarle.
Dios está pendiente de los rechazados y menospreciados que tienen el corazón herido por el pecado y el desprecio. Por eso donde quiera que haya un publicano humilde siempre encontraremos a Jesús que se acerca a abrazarle.